domingo, 30 de enero de 2011

Reencuentro.

Noté una pequeña vibración en la pierna, mi BlackBerry estaba sonando.
Me quedé sorprendida al ver quién me estaba llamando, y aunque de lo único que tenía ganas era de rechazar la llamada, no pude evitarlo... respondí.
Mis manos, entumecidas por el frío de febrero, apenas pudieron moverse durante unos instantes. No alcancé a entender más de las siguientes palabras: ¿Podemos vernos?, necesito decirte algo. Murmuré un "sí" que dudo que pudiera oír, y colgué.
Mi corazón empezo a palpitar rapidamente, y mi respiración ya entrecortada hacía más difícil aún aquella situación.

Me llamo Chloé... y así empezó mi dulce tormento.